Lista de 6 pueblos bonitos de España


albarracin que ver
Albarracín, Teruel
En la provincia de Teruel, Albarracín es parada obligatoria, ya que estamos ante uno de los pueblos más bonitos de España. Una localidad medieval que ha sabido guardar en sus calles el encanto del paso del tiempo. Albarracín es Monumento Nacional desde junio de 1961. En diciembre de 1996 recibió la medalla de oro al Mérito en Bellas Artes y actualmente se encuentra propuesta por la UNESCO para ser declarada Patrimonio de la Humanidad.
Escalinatas y pasadizos, muros irregulares de color rojizo con entramado de madera, calles empedradas, cada rincón, cada casa es objeto de admiración en este pueblo turolense. Sus puertas y llamadores -picaportes de hierro imitando un pequeño y fantástico dragón-, sus diminutas ventanas con visillos de encaje, sus balcones corridos en rica forja y de madera tallada, el más mínimo detalle es digno de contemplar. Y es que el monumento principal de Albarracín es la ciudad misma.
Es uno de los pueblos más visitados de Aragón, de ahí que esté perfectamente adaptado para el turismo. No es difícil encontrar un hostal, una habitación de hotel o una casa rural para pasar la noche o disfrutar de una escapada de fin de semana y así poder también conocer la Sierra que rodea el municipio. Tampoco falta oferta de restauración con comida casera elaborada a base de productos típicos de la tierra.
Ainsa que ver

Aínsa, Huesca
La aparición de la Santa Cruz fue la señal para que las tropas cristianas reconquistaran la villa de Aínsa, en el 724. Aquel suceso se conmemora, en la fiesta de La Morisma. Aquel estratégico enclave militar desempeñó durante muchos años el puesto de mando en la lucha contra los árabes y, en 1124, Alfonso I le concedió la carta puebla (documento fundacional). Alrededor de la porticada plaza Mayor (siglo XII), una de las mejor conservadas de la época medieval, se encuentran los principales monumentos, como la iglesia románica de Santa María.
A 118 km de Huesca. 2.250 habitantes. Turismo: 974 500 767.
Pedraza que ver

Pedraza de la Sierra, Segovia


Con solo una puerta de entrada es de las pocas poblaciones completamente amuralladas de España. Se accede por la morisca puerta de la Villa, reedificada en el XVI. La calle Real, sube hasta la porticada plaza Mayor, flanqueada de antiguas casonas, con la torre románica de la iglesia de San Juan y los palacios de los marqueses de Lozoya y Miranda. Pero su monumento más importante es el castillo. Fue enclave romano y árabe, y durante cinco años su torre del Homenaje sirvió de prisión a los infantes franceses, que con el tiempo serían los reyes Francisco II y Enrique II. La fortaleza fue adquirida por el pintor Ignacio Zuloaga y hoy pertenece a sus descendientes.
A 45 km de Segovia. 460 habitantes. Ayuntamiento: 921 508 665.
Santillana de mar que ver

Santillana de Mar, Cantabria

Su historia comenzó cuando un grupo de monjes -allá por el siglo VIII- trajo las reliquias de una santa martirizada en Asia Menor. Así nació un santuario que a su vez dio origen a una población que tomó el nombre de aquella mártir: Santa Illana-Santa Juliana-Santillana. El lugar creció gracias al monasterio, que se convirtió en Colegiata, hasta sus días de esplendor, en el siglo XII al XVIII. La villa -Monumento Nacional- son un par de calles llenas de casonas con escudos, palacios y la Colegiata, el más importante monumento románico de toda Cantabria con un claustro de ingenuos capiteles. A 5 kilómetros está la Cueva de Altamira.


La Alberca que ver


La Alberca, Salamanca 


En este pueblo de la Sierra de Francia, la mayor parte de los vecinos vive del turismo y la calle principal rebosa de tiendas de artesanía, gastronomía o recuerdos. Al atardecer, cuando los últimos rayos de sol alargan las sombras, es el momento de las fotografías más bellas; y de la esquila de ánimas, que recorre el pueblo pidiendo por los que ya murieron. Los fines de semana todo cambia y el turismo lo invade todo.
A 75 km de Salamanca. 1.200 habitantes Turismo, tel. 923 415 036.
Cudillero que ver

Cudillero, Asturias
Llama la atención la distribución de sus casas, apiñadas en la ladera del monte como «empujándose» unas a otras para poder ver el mar. La mayor parte de las viviendas conservan un aire marinero. En días navideños, el belén de la plaza tiene faro y barcas con redes, al contrario de los belenes tradicionales que olvidan que los apóstoles eran casi todos pescadores. Es también pueblo de campesinos que viven en la parte alta de la villa, que fue mojón en el Camino de Santiago costero.
A 50 km de Oviedo. 2.000 habitantes. Turismo: 985 591 377.

Comentarios