Oviedo turismo, qué ver en Oviedo capital

Múltiples edificaciones declaradas Patrimonio de la Humanidad, plazas, palacios e iglesias adornan una ciudad donde pasear es un auténtico placer. Dejarse sorprender por la ciudad a cada paso, observar los engalanados balcones o deambular por la animada calle Cimadevilla se convierte en un auténtico deleite para los sentidos.

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La Catedral de Oviedo: Es el centro del casco antiguo de Oviedo. Su plaza está delimitada por un conjunto de nobles edificios entre los que destaca la capilla de la Balesquida, que tiene su origen en el siglo XIII. A su izquierda, la Casa de los Llanes, edificio barroco del siglo XVIII, a su lado se levanta el Palacio de la Rúa o del Marqués de Santa Cruz, del S. XV, que es la edificación civil más antigua de la ciudad, gracias a que sobrevivió al incendio que en 1522 asoló Oviedo.

Plaza de Porlier: Donde se levantaba el castillo o fortaleza construida por Alfonso III el Magno para la defensa de la ciudad en el lugar donde actualmente se encuentra el edificio de Telefónica. En este espacio encontramos el Palacio de Camposagrado, del siglo XVIII, en primer lugar, que es uno de los palacios más bonitos de Asturias. Hasta hace poco fue sede de la Audiencia Provincial y, trasladada ésta a edificios más modernos, ha servido para la expansión del Tribunal Superior de Justicia.

Palacio de Malleza o de Toreno: Del siglo XVIII y el edificio del antiguo Banco Asturiano frente al cual está el edificio de la Universidad de Oviedo, destinado en la actualidad en exclusiva a sus dependencias administrativas.
Merece la pena pasar a su interior para contemplar el claustro cuadrado con soportales que en su día pasearon el Padre Feijoo o Clarín.

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La plaza de la Constitución de Oviedo: De forma cuadrangular, la forman el propio edificio del Ayuntamiento y la iglesia de San Isidoro el Real, que es la antigua iglesia del colegio de la jesuitas que se extendía a su izquierda en el lugar ocupado hoy por la plaza del mercado y que hubieron de abandonar en 1767 tras su expulsión de España por la Pragmática Sanción de Carlos III.

Plaza del Fontán: Con edificios, recientemente rehabilitados, que forman una plaza porticada y que constituye una de las zonas más entrañables de la ciudad.

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Calle Cimadevilla de Oviedo: Fue durante épocas el centro comercial, bancario y administrativo de la ciudad antigua, situación que se mantuvo hasta bien entrado el siglo XIX. Por una calleja que se abre a la derecha se pasa a la plaza de Trascorrales, cuyo nombre da idea de su inicial situación detrás de los corrales de las casas circundantes. Es una plaza pequeña donde sorprende encontrar un edificio de planta ovalada y que ocupa gran parte del recinto. Fue hasta no hace muchas fechas la plaza del Pescado y hoy es centro cultural municipal. Actualmente los bajos de las casas de la plaza están ocupados por magníficos restaurantes.

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La plaza del Paraguas de Oviedo: Llamada así por la forma del tendejón levantado en su centro, construido para cobijar a las vendedoras del mercado de la leche que se situaba en ese lugar durante la primera mitad del siglo pasado. Desde este punto la calle Ecce-Homo desciende hasta la de San José, límite del casco antiguo y lugar donde se abría otra puerta en la muralla. Muy cerca está la calle Paraíso, ya fuera del recinto pero de interesante visita porque discurre junto a los restos de la cerca medieval

Corrada del Obispo: Una amplia plaza conformada por admirables edificaciones como el Palacio Arzobispal, de fisonomía barroca, que ocupa el espacio de los antiguos palacios reales del siglo IX.

Monasterio de San Vicente: En este lugar es donde físicamente se sitúa el origen de Oviedo, pues fue aquí donde los monjes Máximo y Fromestano fundaron en el año 761 un templo en honor a San Vicente. Posteriormente, el rey Fruela I inició la construcción del primer núcleo habitado. De la primitiva construcción no queda nada y hoy es un edificio de estilo renacentista y barroco que acoge el Museo Arqueológico de Asturias.

Iglesia de Santa María de la Corte: En cuyo interior está la tumba del padre Feijoo, que parece vigilarla desde su estatua que se yergue en el centro de la plaza de su mismo nombre adyacente a la iglesia.

Monasterio de San Pelayo: Que ocupan monjas de clausura de esta orden religiosa, llamadas cariñosamente “Las Pelayas”, que mantienen la tradición del canto gregoriano y son especialistas en el oficio de la encuadernación.
La edificación, portentosa, se ha visto ampliada con sucesivas reformas desde el siglo X, como la construcción del claustro románico en el siglo XII, la torre gótica del siglo XVII o, ya en 1704, la fachada principal del monasterio.

Iglesia de San Julián de Los Prados: Construida bajo el reinado de Alfonso II (791-842). La iglesia es alabada por la Crónica de Alfonso III Rotense (año 883) “...por su mucho arte y admirable disposición”.
Emplazada al Norte de la regia sede de Oviedo (Ovetao) tiene planta basilical de tres naves separadas por arcos de medio punto, Crucero y Cabecera triple con capillas. Su decoración escultórica y pictórica es excepcional.

San Miguel de Lillo: A 3 Km de Oviedo, en el monte Naranco, Ramiro I (842-850) levantaría la iglesia de San Miguel de Lillo.

Derruida en parte en el siglo XI hoy se conserva el sector occidental. Obra enteramente abovedada en cañón, y alabada por las Crónicas de la época por su extrema perfección técnica. Introduce soluciones arquitectónicas innovadoras en la Arquitectura del Arte Prerrománico Asturiano.

Santa María del Naranco: Situada a 300 m de la iglesia de Liño, se encuentra el edificio civil de Sta María de Naranco, obra regia de Ramiro I (842-850). Representa la construcción más emblemática del Arte Asturiano.
Reúne innovaciones constructivas resaltadas por las Crónicas de la época: Bóvedas de cañón, arquerías murales ciegas, contrafuertes.... Es un edificio sujeto a unas exquisitas normas de proporción y armonía y un cuidadoso estudio estético.

Cámara Santa: Atribuida su construcción a Alfonso II (791-842), consta de dos plantas; la inferior dedicada a Santa Leocadia con funciones de panteón episcopal; y la superior dedicada a San Miguel que respondería a una capilla episcopal en cuyo santuario se custodiarían las reliquias de San Salvador. En el siglo XI y con el auge de las peregrinaciones el culto a las reliquias y a San Salvador convertiría a la Cámara Santa en uno de los Santuarios más importantes de la Cristiandad. En el siglo XII se reformaría la Capilla de San Miguel; a sus muros se adosarían seis columnas dobles representando al Apostolado. Conjunto apostólico que se convertiría en una de las obras maestras del Románico español

Cruz de Los Ángeles: Extraordinaria pieza de orfebrería realizada bajo el reinado de Alfonso II en el año 808. La Cruz de los Ángeles se convertiría en un símbolo religioso y político de la Monarquía Asturiana, representativo de la unidad de Iglesia y Estado.

Cruz de la Victoria: Representa la obra más excelsa, realizada por orfebres asturianos y artistas procedentes del reino franco, que el rey Alfonso III mandó hacer como donación a la catedral de San Salvador el 27 de Marzo de 908, conmemoración del día de Pascua.

Fuente de Foncalada: Una de las mas excepcionales construcciones urbanísticas alto medievales. Conforma un templete o edículo cuya función era la de albergar el alumbramiento de un manantial de agua que era retenida en un estanque.

Santa María de Bendones: Iglesia de tipología singular al tener una nave única y cabecera con tres capillas a oriente. Su acceso se realiza por pórtico triple.

San Pedro de Nora: Se atribuye tradicionalmente al periodo monárquico de Alfonso II. Tiene planta basilical de tres naves y cabecera con tres capillas. Tenía adosadas dos sacristías en el lienzo norte y sur. El pórtico actual es moderno al igual que la torre campanile. La ventana trífora de la cámara ciega se asemeja a la de Santullano. Su decoración escultórica es escasa y las celosías actuales son modernas.

San Tirso: Próxima a la Catedral de San Salvador, configuraría la iglesia palatina de Alfonso II. El incendio de 1521 destruiría la iglesia. Queda como testigo el lienzo oriental de la Capilla Mayor y la ventana trífora con excelentes capiteles corintios y un espléndido alfiz. La disposición original de la iglesia resulta problemática.

Parques y Jardines de Oviedo.

Los ovetenses cuentan con un extenso y bien cuidado espacio verde urbano. A destacar el Campo de San Francisco, principal pulmón verde de la ciudad y lugar habitual de paseo.

El Campillín: Un Parque de tipo inglés, con una enorme extensión de flores y césped.
Su origen se remonta a la posguerra, cuando se construyó sobre un solar que dejó libre un bombardeo.

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Campo de San Francisco: El gran parque público y el principal pulmón verde de la capital de Asturias es el Campo de San Francisco, situado en pleno centro de Oviedo. Su trazado es de principios del siglo XIX: Oviedo, entonces en plena expansión, transformó los terrenos que constituían el antiguo huerto-jardín del Convento de San Francisco en su parque urbano. Su extensión es de unos 90.000 m2, con un trazado de amplios paseos entre los que se intercalan caminos sinuosos. La vegetación se caracteriza por altos árboles, entre los que destacan castaños, plátanos, robles y negrillos. El parque cuenta con diversos monumentos. Sobresalen el dedicado al escritor Clarín; las ruinas de la portada románica de la antigua iglesia de San Isidoro y el canapé neoclásico de la Silla del Rey, del siglo XVIII, entre otros.

Otros parques y lugares de ocio verde de interés son: Parque de Enrique Quirós, parque de Invierno, senda peatonal y carril bici , parque de Invierno, fuso de la Reina , parque de Palais , parque de Colloto., parque de la Corredoria, parque del Oeste, parque Purificación Tomás parque Arturo Fernández en Priañes , área recreativa de la cima del Naranco y la pista Filandesa.

Fuente:http://www.topciudad.com/oviedo/quevisitar

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